La accesibilidad aplicada al diseño de espacios de juego, permite que los juegos infantiles, la superficie amortiguadora y el resto de instalaciones de apoyo, puedan ser utilizados en condiciones de comodidad, seguridad, igualdad y autonomía por todas las personas, incluso por aquellas con capacidades motrices, sensoriales o cognitivas diferentes.

Ahora bien, simplemente por darle a un niño el acceso al equipo de juego no le garantiza sentir la camaradería de un grupo, ni experimentar el orgullo de los logros físicos, ni lo convierte en una experiencia divertida ni desafiante.

Para ello deben considerarse otros aspectos como la adecuación a la edad, el valor del juego, el desarrollo social y la estimulación de los sentidos.

  • ¿Qué es entonces un espacio de juego inclusivo?

Los espacios de juego inclusivos buscan, a partir de soluciones de diseño creativo, configurar una variedad de experiencias de juego y desafíos para que las personas de todas las edades, antecedentes culturales y capacidades (tanto físicas, sensitivas, cognitivas y sociales) participen activamente a su manera y disfruten juntas, de la forma más cómoda, segura y autónoma posible.

El reto es conseguir y asegurarse de que cada niño recibe el estímulo y el desafío que necesita del conjunto del área de juego, para que puedan desarrollar habilidades sensoriales, físicas, cognitivas y sociales, sin que eso signifique que todos hagan el mismo uso y en igualdad de condiciones de todo el equipamiento de juego.

Los espacios de juego inclusivos son más que los equipos de juego; es todo el conjunto utilizado para considerar tantas necesidades como sea posible, que alientan a todos a quedarse todo el tiempo que elijan, proporcionando un lugar acogedor donde las personas se sienten cómodas.