Parques accesibles, un derecho y una necesidad

La infancia, ese periodo de tiempo en el que el ser humano empieza a desarrollarse, a descubrir el mundo, a sentir el presente con una intensidad y una curiosidad pura. Un momento que se debe cuidar, por necesidad y por derecho.

Los más pequeños deben poder disfrutar de un desarrollo sano, seguro, pleno. Así está recogido en el principio 7 de la “Declaración de los Derechos del niño” de 1959 y en los artículos 23 y 31 de la “Convención de los Derechos del niño” de UNICEF de 1989.

Así, como responsables de proteger espacios de ocio infantiles, nos debemos a la tarea de impulsar un juego como servicio a garantizar para todos los niños, ya que fomenta la curiosidad, proporciona alegría, placer y satisfacción, estimula el afán de superación personal, favorece la interiorización de normas y pautas de comportamiento social, así como fomenta el desarrollo de las funciones físicas, psíquicas, afectivas y sociales.

Porque desde la más tierna infancia, el espacio de ocio por excelencia de los pequeños es el parque, o la plaza, todos hemos creado nuestras primeras anécdotas entre las paredes de la clase o entre pelotas y combas bajo los árboles de un parque urbano. Debemos cuidar estos espacios donde se crean los primeros recuerdos mediante una gestión sensible y responsable, que impulse a jugar, a imaginar y a aprender.

¿Qué se necesita para poder fomentar el juego en los más pequeños? Tiempo, espacios acondicionados, compañeros de juego y elementos que promuevan un ocio en el que haya desafíos, afán de superación, y despierte el coraje, la creatividad y la fortaleza de los más pequeños.

De esta manera, los parques infantiles deben ser un espacio de garantía para el disfrute de un ocio equitativo, con la perspectiva de que cada proyecto de mejora, o de creación de un parque infantil, debe nacer desde la reivindicación al derecho de jugar y disfrutar de la naturaleza urbana en igualdad para niños con distintas capacidades, así, estos deben contar con unos mínimos estándares de:

Accesibilidad y seguridad: Crear un espacio de juegos en el que todos los pequeños puedan entrar y desplazarse de forma segura

Una mirada social inclusiva: Un parque infantil es un espacio en el que niños y niñas disfrutan del juego, es primordial generar un lugar en el que se fomenten valores sociales positivos como el respeto a la naturaleza, la amistad y el compañerismo.

Junto a esta visión deben existir una serie de elementos que todo parque debe incluir con el fin de tener la accesibilidad necesaria para el disfrute de cualquier persona independientemente del cuáles sean sus capacidades.

 

La entrada principal tiene que ser accesible, así como los caminos deberían estar formados por terrenos llanos (pavimento anti-deslizante); o en caso contrario, se debe ofrecer una ruta accesible alternativa. Además, deben estar bien señalizados y ofrecer toda la información necesaria para su uso y disfrute (horarios, rutas alternativas, precauciones…).

Hoy en día las sillas de ruedas y, en especial la de niños, garantizan la plena movilidad ya que se adaptan a distintos tipos de terreno e incluso posean luces led que ayudan a que la actividad se pueda realizar con seguridad, aunque oscurezca.

Así, los caminos compartidos deben tener unas dimensiones mínimas que garanticen el paso de peatones, bicicletas y sillas de ruedas sin que ningún usuario corra peligro.

De esta manera, los asientos y bancos que se encuentren en el parque deben ser ergonómicos y deben contar con respaldo y apoya brazos. Así, la comodidad estará asegurada para todos los usuarios del parque.

Tan importante es el espacio y cómo se accede a él, como los elementos de juego que lo conforman. Estos tienen que estar diseñados para el alma curiosa y social de los niños, de manera que deben seguir criterios de accesibilidad universal, siendo dinámicos, que garanticen el uso por parte de todos los niños, así como se deben introducir contrastes cromáticos y de texturas entre los diferentes elementos de juego, con el fin de favorecer la orientación espacial y la percepción de los usuarios.

Los parques infantiles deben estar centrados en los niños, pero también en las personas que les cuidan y les quieren, que están allí en todo momento cuidándoles, observando como interactúan y se forman en los parques infantiles.

Así, la mirada con la que se debe diseñar un parque infantil también debe estar dirigida a ellos, con espacios abiertos en los que no pierdan de vista a sus pequeños seres queridos, a los que puedan acceder con facilidad, y también con elementos coloridos y juegos que favorezcan el dinamismo en el ocio, de manera que puedan crear recuerdos sentidos, en los que años después puedan verse reflejados.

Desde AFAMOUR trabajamos con el máximo cariño y profesionalidad a todos los usuarios que utilizan los parques infantiles, motivo por el que impulsamos una filosofía de accesibilidad, respeto y cuidado a través de nuestra Comisión de Accesibilidad. Un grupo de trabajo que está a vuestra disposición.

“Alguien hizo un circulo para dejarme fuera, yo hice uno mas grande para INCLUIRNOS A TODOS.”

Buscardor

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